lunes, 26 de enero de 2009

ADIOS EN ESPERA

Estoy incómodo, esta fragancia no me gusta y no hay nada de luz. ¡Cómo gritan esos hombres! No puedo creer que estén hace dos horas corriendo detrás de una pelota sin parar. Recién él se acercó porque le había parecido escuchar mi voz, pero cuando se dio cuenta de que yo estaba callado me arrojó con fuerza contra el cierre. Creo que me raspe la espalda. No la estoy pasando bien, quiero volver a mi casa.

Allá no podía respirar, el olor era insoportable y a veces hasta me mojaba y pegoteaba en el algodón, pero era feliz. Disfrutaba al escucharla gemir y me encantaba saber que gracias a mi ella estaba sonriendo. La amaba.
No me importaba que ya casi no me quedaran energías, hacia lo imposible por seguir temblando con todas mis fuerzas para que -ella gozara. Me esforzaba mucho y ella me lo retribuía con regalos, todos los meses una funda diferente. Una vez me compró uno de esos muñequitos que se enganchan y prenden lucecitas, pero a los pocos días se rompió. No me importó, porque nuestra relación era hermosa, un dar y un recibir reciproco que nos satisfacía a los dos. A la noche trataba de alimentarme rápidamente así volvía junto a ella y nos acostábamos juntos.
Pero un día, hace exactamente tres meses y 14 horas, ella se cansó de mi y me abandonó. Ya no me protegía entre sus piernas sino que me llevaba en el bolsillo de su pantalón y, poco a poco, me fue alejando cada vez más. Después, en el interior de su cartera y a veces hasta me olvidaba en la mesita de luz de él.
Acá parece que hay varios compañeros encerrados tras los cierres como yo. Me di cuenta porque los escuché. Hace unos minutos dos de ellos cantaron la misma canción. Amo cuando se confunden sus voces en lugares públicos y hacen conciertos que enervan a sus dueños.
Ayer él vino a dormir a casa. Llegó con su saco de cuero negro y su caminar seguro y violento. Yo lo miraba desde el mueble del living mientras ella cocinaba parada en la cocina. Lo primero que hizo fue abrazarla por la espalda y correr el pelo que le caía sobre el hombro, me desesperé. No sabía como evitar
que la besara así que junté fuerzas y grité. Ella salió corriendo hacia mí y me alzó entre sus manos. "Buenos días la llamamos de Moviplan para ofrecerle un nuevo servicio de llamadas internacionales ... ", le dijeron desde el otro lado. Fue lo primero que se me ocurrió, mis antiguos jefes siempre estaban disponibles para esas cosas.
Pero a ella no le interesó, sólo quería volver a su lado, besarlo, acariciarlo y gozar con él 'como antes lo hacía conmigo.
Sí, es verdad que él es más grande, pero conmigo podía ir a todas partes. Yo siempre huelo bien sin ponerme ningún tipo de spray y, aparte, les caigo bien a sus amigas; todas ellas me quieren tener.
Se abrazaron fuertemente y ahí fue cuando se lo dijo: "Te tengo una sorpresa amor", le murmuró al oído. Casi vomito, ¡esa 9rejita era mía! ¿Cómo se atrevió? Siguió: "Te encargué un teléfono nuevo, ese que tenés ya está viejo y me ofrecieron uno en el trabajo, así que mañana me lo llevo y le cambio el chip".
¿Viejo yo? ¿Por qué no se mira en un espejo? Me puse a llorar, no lo podía creer. Me iba a abandonar así, tan fácilmente ... Después de todos los momentos que vivimos juntos ni siquiera me dijo adiós, incluso estaba feliz de cambiarme.
Y acá estoy, esperando el final. ¿Qué pasará conmigo? Con ella vimos películas de gente que perdió la memoria, pero igual me da miedo. Yo la quiero recordar siempre. Sus ojos verdes que en el centro tienen un sol, su pelo largo y oscuro, sus aritos colgantes con perlas rojas... Ahora tan solo es un rostro plasmado en mi pantalla, su última foto.
¡No! Ahí lo veo venir por un agujero que quedo entreabierto del cierre del bolso. Está muy cerca ¿qué hago? No, no me agarres. Por favor, déjame volver y despedirme. Es inútil, no me escucha. Veo su mano acercándose hacia mi espalda. Me da escalofríos, me está sacando la funda. ¡Ay! Rozó con su mano la lastimadura que tengo de cuando me arrojó. Su pulgar se está acercando... Se me cierran los oj ...

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