martes, 23 de diciembre de 2008

ADICTOS A LA AUTOMUTILACION





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ENTREVISTA A ANALIA COUCEYRO


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I LOVE BAGDAD. FICCION Y REALIDAD


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DE SEXO Y DE TV



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martes, 7 de octubre de 2008

EL TUNEL DEL TIEMPO

PASAJE OBELISCO SUR (2006)

Como esas fotos sacadas desde el interior de un auto o un tren en movimiento, con el fondo todo movido, el pasaje obelisco sur permite contrastar a la velocidad con lo estático: arriba, la 9 de Julio, el Obelisco, la modernidad; abajo, otro mundo.



Un cartel en una vidriera que expone diarios viejos dice: “El túnel del tiempo”. Si bien ese el nombre de un local de antigüedades, describe tal cual a toda la galería.
Un túnel que frena el tiempo. Parece como si hubiera parado hace muchos años, es un lugar lleno de recuerdos, con gente que da la sensación de haber estado allí desde siempre y de haber sido siempre como es hoy.
Al ingresar a este submundo, uno se impregna de ese olor a antiguo, propio de los negocios chicos y de esos bares a los que van habitues, que siempre desayunan lo mismo y ya conocen a los mozos.
Las paredes viejas y rasgadas están repletas de cuadros, grafitis y dibujos. En un negocio venden carteles bien coloridos al estilo La Boca o San Telmo; en el local de al lado ofrecen objetos antiguos, libros, discos, relojes, películas, que solo se encuentran ahí; y a un costado, sentado en el suelo, un hombre canta y toca la guitarra.
En “Sur Pelos y Barbas”, los hombres pueden cortarse el cabello de camino y llegar prolijos al trabajo. En el local hay dos sillas de esas de las peluquerías barriales de las películas, y sobre una de ellas, el coiffeur lee el diario y toma mate.
Hay un código entre las personas que trabajan en la galería. Armando, que vende mochilas, se asoma y grita: “Juan, Juan! Acá hay otro en contra de independiente”.
Siguiendo por el túnel, aparecen dos casas de lustrado: “Amigo muy cordialmente lo esperamos para darle a sus zapatos el brillo más reluciente”, invita un cartel en uno de los salones, mientras que en el otro se publicitan las tintas y pomadas Inmortal.
Las paredes están decoradas con un cuadro de Carlos Gardel y el almanaque del
diario Olé, con fotos de chicas en ropa interior. Hay distintos tipos de lustrado: el común (tinta y pomada), el especial (tinta, pomada y cera), arola (una crema), arola con cera, gamuza y blanco.
Una pareja de tercera edad pasa caminando y el hombre comenta: “Acá lustran muy bien”.
La mayoría de los hombres, mientras le lustran sus zapatos, le escapa la mirada a los lustradores, si es que no está leyendo la revista Hombres. ¿Por qué una persona no puede lustrar sus zapatos? ¿Por qué hay gente que tiene que trabajar arrodillada ante otra, como si le besara los pies, como si la adorara?
Raúl Villegas vive a media cuadra del pasaje, tiene 54 años, y trabaja hace 17 como lustrador en esta galería, de lunes a sábados durante todo el día.
Comenzó por falta de trabajo y aprendió prestando mucha atención a sus compañeros más experimentados. Hace dos años es encargado, desde que el dueño del local “quedó parapléjico por un ataque de presión”, explica con los ojos llenos de lágrimas.
Cuenta que tienen 15 clientes fijos con los que tiene una buena relación y otros que pasan de vez en cuando, de camino. Y comenta orgulloso que ahí se filmaron tres películas: Nueve Reinas, Comodines y Conflictos de Familia. “Yo actúe en las tres”, recuerda.
Para Raúl, “arriba es un mundo aparte”. “La gente anda mas apurada, acá es más tranquilo”, agrega.
Es verdad, la gente frena cuando baja a este túnel, y ya no grita como lo hace afuera.
Este lugar es mágico, pero todo cambia de ritmo varios metros más arriba: Mc. Donalds, los turistas que sacan fotos, el gran edificio del Banco Frances, las luces de calle Corrientes, el humo, el tráfico, las largas colas.
Las personas prácticamente corren, como si fuera una maratón. Parece que no se ven entre si, hay que esquivarlas porque caminan sin mirar, como si estuvieran solas y su único objetivo fuera ir cada vez más rápido para llegar a destino, pasar la banderita de llegada y obtener el mejor puesto posible en una carrera en la que se sienten los únicos concursantes.
Salir del túnel es como volver al futuro, sabiendo que existe ese lugar, para cuando uno necesite frenar el ritmo vertiginoso de la vida capitalista de todos los días.

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lunes, 6 de octubre de 2008

UN BARQUITO

No, no digas nada. Ya se que me contradigo y me vuelvo a contradecir…no se…es como que…. No eso no.
Es que a veces siento como que no me querés, porque estas como distante….así todo frió… distanciado… Y yo me quiero acercar y vos pones como una barrera y no la alzas y yo soy la farolera y no puedo pasar… y 2 y 2 no son 4 ni 4 y 2 son seis. Por que el orden de los factores si altera el producto, porque si vos bajabas la barrera una vez que yo cruzaba nos quedábamos los dos juntos del mismo lado y podíamos contar juntos hasta mil, hasta un millón…

Pero no… ¿Entendés? ¿Por que no me dejas pasar? Yo se que nunca te gustaron las matemáticas peor ahora es diferente, nos vamos a marzo juntos…
Aunque a veces vos te abrís y yo me quedo dura, como en los exámenes que se te hace una laguna y no sabes lo que hacer…porque hay mucho agua y yo siento que me ahogo. ¿Por qué siempre es un océano y no un charquito? Como en el que tirábamos los barquitos de papel cuando éramos chicos en La Paternal. Y los dejábamos ir…y nos poníamos tristes si de hundían porque nos imaginábamos las vidas de sus tripulantes y todo lo que habían esperado ese viaje en altamar…
Y ahora…a vos ya se te perdió la imaginación…ni siquiera… seguro ni te acordas de la vez que nos dibujamos a nosotros y nos fuimos a navegar en el barquito de servilleta rosa y esa vez no se hundió, y dijimos que era el destino…
Y ahora vos llenas todo de agua para que yo me hunda o vaciás la pileta para que no me pueda tirar o… tal vez lo haces para que me tire y me de la cabeza en el piso y no me veas nunca mas…no? Eso querés, ¿no?
Claro, porque vos ahora navegas en yate. ¿Sabes qué? No me importa… yo te voy a pinchar las gomas así se te hunde... y cuando estés en medio del océano, ¿qué vas a hacer? ¿O sabes qué mejor? Voy a dejar que se hunda solito tu barco lujoso... así te das cuenta… que las cuentas pueden dar perfectas pero el resultado a veces es negativo…y no tan lejos del cero…el cero que es nada, que es cero….que es más feo que el 4, que no e sin mucho ni poco, que es mediocre…
Y no es que yo no quiera crecer, es que el nivel del río sube de a poco con las tormentas, y yo siempre le tuve miedo a las tormentas…aunque cuando vos me das la mano me tranquilizo. Y la ultima vez me abrazaste cuando escuchaste ese trueno porque sabias que me asustaba. Y lo sabias antes de que yo te lo dijera…Porque vos siempre sabes todo… y yo nunca…
Yo me quedo acá mirando la tormenta por la ventana, asustada…y vos salís, y no tenés miedo de naufragar…y tu barco se va lejos y se hace cada vez mas chiquitito y casi no lo puedo ver…y yo se que vos no estas pensando en mi..y ya no lo veo mas, noo, volvé… dale que ya te pasaste de la línea del horizonte, dale por favor, volvé que me quiero ir con vos.

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viernes, 26 de septiembre de 2008

EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS


Escrito por el joven autor irlandés John Boyne, es una novela corta y de muy fácil lectura, recomendada incluso para chicos desde los 13 años. Con un lenguaje simple el autor retrata un escenario complejo y acerca momentos de la Segunda Guerra Mundial a los ojos de los niños. Pero no se trata de un libro para adolescentes sino de un texto rico en imágenes y sensaciones para ser leído por todos. Si bien mi amiga que me recomendó la novela y el editor, en la parte de atrás del libro, omiten cualquier referencia a su argumento porque "hay que leerla sin saber de qué trata", no creo que con los relglones siguientes arruine la sorpresa. Queda en ustedes continuar leyendo. De todas formas, está a punto de ser estrenada en cine, asi que...
La historia relata una amistad entre dos chicos de apenas 9 años que viven separados por un largo alambrado. Contada desde la perspectiva de Bruno, hijo de un comandante nazi, quien es obligado a abandonar su lujosa casa de Berlín para ir a Auschwitz, donde su papá trabajaba. De ahi en más, en su búsqueda de nuevos amigos, ve a lo lejos un puntito, que luego es una mancha, que de cerca termina siendo un niño. Un niño que también fue obligado a dejar su casa y cuyo padre también trabajaba en Auschwitz, solo que en otras condicionas y siempre, siempre, con su pijama de rayas.

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ENTREVISTA A FANNY MANDELBAUM



ENTRAVISTA REALIZADA EN 2006

Baja del ascensor apurada y con varias bolsas en sus manos. Tiene una pollera, tacos no muy altos y un chaleco de lana cuadrillé. En su cara no hay ni un gramo de maquillaje. “Que sea rapidito”, pide mientras le hace señas a una mujer para que la espere. Así sale de la radio Fanny Mandelbaum, con sus ojos claros, su mirada intensa y esa pasión por su profesión que no puede ocultar al hablar.
Es psicóloga social, locutora recibida en el ISER y después de 35 años de carrera ya tiene cinco Martín Fierro en su haber. Empezó a ejercer el periodismo con más 30 primaveras, fue diseñadora de indumentaria y vivió un año en un kibutz en Israel, de donde volvió para casarse y formar una familia. A pesar de haber conducido junto a Karina Mazzoco y a Laura Oliva dos ciclos del programa televisivo Grandiosas, Fanny cree que “en la radio hay lugar para la imaginación” y que en la tele no. “Tiene una lógica: en la radio hay un micrófono frente a vos y los técnicos están del otro lado de un vidrio que es como una pecera. En cambio en la televisión está el que arregla las luces, el tiraclabes, el camera, el director que te habla por un aparatito que te meten en la oreja y se llama cucaracha, el productor que te hace señas… en vez de poder hablar con el entrevistado y realmente lograr un clima tenés que estar atenta a todo”, explica.


-¿Mira tele?
-Poco. Miro el programa de Silvestre y Bonelli, el de Nelson Castro, el de Santo Biasatti y CQC. También TVR que me fascina y es un resumen de todas las porquerías que pasan durante la semana. La verdad es que cambian tanto los horarios y los canales que me marea. Estos ya sé dónde y a qué hora están y ya me acomodé para verlos.
-¿Tiene algún proyecto para televisión?
-Sí, dos, pero no me dan bola porque tienen que ver con el respeto por la gente y no muestro ni culos ni tetas ni bailo por ningún sueño. Esto es terapia para gente sana y quiero que salga en un canal gratuito, que lo vea todo el país. En Canal 7 no lo aceptaron. Seguiré esperando.
A Fanny, el contacto con “la calle” le genera adrenalina. Fue su placer por hablar con la gente y la curiosidad de saber lo que pasa en todas partes lo que la incentivó a estudiar periodismo. Por eso es una apasionada de la cobertura de móviles: adora estar en contacto directo con los hechos, situarse en el medio del caos y vivir las experiencias en carne propia y sin filtros.
-Usted reivindica el trabajo del movilero y ocupó ese lugar en muchas oportunidades. Sin embargo, ¿no cree que hoy ese rol esta subestimado?
-El problema es que están tomando chicos que están estudiando, que no tienen conocimiento y no investigan porque no tienen tiempo. Entonces, van a hacer las notas con una serie de preguntas básicas y nada más. Como todo va a mil, ni bien entran a un canal los mandan a hacer notas, sin tiempo de saber de qué se trata lo que van a cubrir y sin la menor idea de qué van a preguntar. Todo esto tiene que ver con que los canales creen que ahorran contratando a tres movileros baratos en vez de uno bueno.
-¿Piensa que la fama le quitó algo de ese “contacto con la gente” que privilegia en su labor periodística?
-No, al contrario. Cuando la gente me ve por la calle, me para y me cuenta cosas para yo denuncie al aire y me preguntan porqué no investigo tal o cual caso. Yo les explico que, cuando uno no tiene un programa que te respalde para investigar un tema durante una semana, tranquila y en profundidad, sola no se puede. En el caso de Telenoche Investiga sí, porque se dan las condiciones, ya que llevan meses investigando un tema, viajan al lugar del hecho y luego materializan toda esa información en un programa. Eso me encanta, pero yo no estoy en condiciones.
Antes de ser periodista y locutora Fanny incursionó en el mundo de la moda y como diseñadora de indumentaria creo su propia marca: “Fanny Dress”.
-¿Cómo pueden relacionarse sus facetas de diseñadora de modas y de periodista?
-Es que todo tiene que ver con todo, mis dos facetas se complementan. Si vas a hacer ropa que realmente sea para todos, estás haciendo periodismo, porque el tema de la anorexia y la bulimia tienen que ver con la ropa. Cuando yo diseñaba y fabricaba prendas era un talle 42, y el día de hoy, que aumenté un poco, soy un 44 de mi ropa. Sin embargo, en un negocio tengo un talle 50, y yo estoy segura de que no lo soy. ¡Es todo un negocio! Ambas cosas tienen que ver con la salud, con la psicología, la moda. Y hasta tiene que ver con la discriminación, como que los pobres no pueden entrar a un determinado boliche porque no tienen las zapatillas de marca.
A Fanny se la ve coqueta, pero no sobreproducida. Admite que si bien le gusta combinar los colores que elige en sus prendas, detesta maquillarse, y prefiere “tener poca ropa y buena, que mucha de moda pero de mala calidad”. Pero la Fanny coqueta queda detrás de la Fanny justiciera social, la que denuncia por la radio y se juega por lo que cree. Le dicen la “llanera solitaria”, y con razón, porque ella se encarga de hablar de todo lo que considera injusto. Imposible olvidar su cobertura del caso de María Soledad Morales, en esas primeras marchas del silencio…
-¿A qué temas de la sociedad le gustaría que se les preste más atención?
-Me gustaría insistir con la despenalización del aborto y destapar el tema de la violencia contra la mujer, que acá está tapado. Si agarrás el diario podés ver todos los días un hombre mata a una mujer, y de eso no se habla. Es todo un tema de violencia familiar que luego hace que los hijos sean violentos.
Fanny es una mujer impulsiva, combativa y curiosa. Por eso no sólo trabajó en radio y televisión, sino que también incursionó en la pantalla grande: participó de la película Palermo Hollywood, escrita por Brian Maya, un joven director que es hijo de una íntima amiga suya. “Lo hice porque era él, lo conozco desde que nació”, dice Fanny aunque reconoce que le encantaría actuar, que es “una asignatura pendiente”. Con una mirada cómplice avisa que en cualquier momento va a empezar a estudiar y a buscar trabajo, porque cree que “como no hay muchas actrices grandes”, tal vez consiga algo. “En una de esas, en un tiempo los sorprendo”, remata Fanny para dejar algo de intriga.

EN POCAS PALABRAS

-¿Cuál es tu lugar preferido en el mundo?
-Argentina, Buenos Aires.
-¿Quién es tu ídolo?
-Paloma Efrón, Blacky.
-¿Quién es tu predilecto de la historia argentina?
-Alicia Moreau de Justo.
-Si tuvieras que perder un sentido, ¿cuál elegirías perder?
-El olfato, mi hijo lo perdió en un accidente y a veces tiene memoria olfativa.

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ENTREVISTA A LUCÍA PUENZO




ENTREVISTA REALIZADA EN 2007

Sus ojos claros brillan. Todavía no lo puede creer. Recién llegada del Festival de Cine de Cannes, la escritora y cineasta Lucía Puenzo habla emocionada de su ópera prima en el cine, XXY, ganadora del Gran Premio de La Semana de la Crítica del certamen, del Premio de los Jóvenes Realizadores y de Le Rai D’Or . Protagonizada por Inés Efrón, Martín Piroyansky, Ricardo Darín y Valeria Bertuccelli, XXY se estrena el 14 de junio en Argentina y ya tiene distribución garantizada en España, Francia e Italia. “Nunca lo hubiera imaginado”, asegura.



-¿Cómo fue ver su película en una sala con público por primera vez y en Cannes?
- Sorprendente. No tenía idea de cual podía llegar a ser la recepción. Estaba más consciente de la gente que de lo que pasaba en la pantalla. Fue una experiencia completamente nueva ver que le pasaba al público, que cosas provocaban risa cuando yo no lo hubiera esperado. Noté que liberaban con la risa una tensión que tenían guardada, eran como emociones repartidas entre los nervios y las risas. Para mí eran escenas desgarradoras. En la sala se percibe todo. Alex nació con vagina y pene. A la mayoría de los intersexuales se los opera al poco tiempo de su llegada al mundo, pero el papá de Alex intervino para dejar que la naturaleza siguiera su rumbo. A sus 15 años, deja de tomar los corticoides que impedían que se virilizara y su mamá trae a un cirujano a la casa porque cree que lo mejor sería una “normalización” hacia el sexo femenino. Mientras los adultos dudan, Alex y Alvaro, el hijo del médico, viven valientemente una historia de amor. Esta es la trama de XXY, coproducción argentino-francesa-española que surgió de la adaptación de “Cinismo”, un cuento de Sergio Bizzio, pareja de Lucía. XXY fue filmada en octubre de 2006 en Piriápolis, Uruguay, donde Lucía pasó muchas vacaciones familiares, con sus tres hermanos varones y donde también terminó de escribir todas sus novelas. “Siempre supe que la quería filmar ahí. Es un lugar anacrónico, un balneario que estaba pensado para ser mucho más de lo que terminó siendo”.
-¿Cómo eligió a los actores?
-Empecé a castear chicas y chicos y buscaba chicos más chiquitos, pero XXY se iba poniendo más sexual y más oscura y me pareció que era complejo trabajar con un menor de edad. Inés era tan contraria a lo que yo había escrito: es muy femenina, muy frágil. Tuvimos que buscar mucho cómo iba ser corporalmente Alex. Pero después fue todo vertiginoso. Inés y Álvaro estaban al límite de la adultez, por eso la previa duró sólo dos semanas. Además, Ricardo estaba con el filme La Señal y Valeria estaba embarazada”.
-¿Por qué cree que el tema de la intersexualidad es tan poco comentado?
-Para muchos es un tema incómodo pero que genera mucho interés y curiosidad. Percibo que aunque la gente no sepa nada, cuando escucha algo, quiere saber más. La identidad, tanto corporal como psicológica, es un tema central.
-¿Cómo llegó a interesarse por la intersexualidad?
- Siempre me gustó la literatura y el cine, lo poco que hay, del tema. Es algo que venía investigando hacía mucho, pero nunca tan profundamente, con tanto tiempo invertido en entrevistas con médicos, padres de chicos intersexuales e intersexuales.
-¿Se contactó con activistas intersexuales?
-Sí, con las cabezas de la lucha del movimiento intersex acá y afuera. Creo que la película está alineada con esos movimientos que celebran al lugar de la intersexualidad como elección en sí misma. Con la no elección, con el discurso anti normalización. Para mí ese es el lugar más interesante, con todo el respeto a los que no crean que es así. Al principio tenía más prejuicios con esos papas que habían operado a sus hijos, pero ahora creo que hay distintos tipos de padres, no hay que generalizar. Me encontré con médicos que están en contra de la normalización, pero plantean que depende de cada caso.
-Los genitales de Alex no se muestran. ¿Qué otras cosas evitó para no caer en el sensacionalismo?
-Tenía claro que no había ninguna necesidad de mostrar nada porque no era lo importante y que la pulsión de muchos espectadores iba a estar en querer ver algo que no tenía que mostrarse. Hay una relación de tanta cercanía con los adolescentes, yo entiendo tanto todo los que le está pasando y cuando un director esta ceca de sus personajes no hay más sensacionalismo. Se percibe que la historia esta enamorada de Alex, ella es la heroína del relato, ella y él. En Europa, la austríaca Elizabeth Scharang dio a conocer el tema de la intersexualidad en el documental Octopus Alarm. El filme muestra tres años de la vida de Alex, un joven intersexual que nació con genitales masculinos y a los dos años, tras reiteradas cirugías, le amputaron sus testículos para crearle una vagina. Octopus... fue exhibido en el festival de Berlín 2006. Lucía lo descubrió cuando ya estaba escribiendo la sexta versión del guión de XXY, con su protagonista, la adolescente hermafrodita también llamada Alex. Semejante coincidencia ameritaba un encuentro. Lucía se encontró con Alex en París: “Fue una riqueza conocerla. Recién viendo el documental y charlando con Alex entendí el pasaje que hizo de mujer a hombre a volver al lugar del intersexo. Antes, mi película estaba plantada en el dilema de elegir entre lo femenino y lo masculino. Después me di cuenta de que la pregunta va por otro lado”.
-¿Fue una señal?
-Sí, cuando uno escribe está tan abierto que todo lo vive como si fueran señales. Alex me hizo cambiar el foco de lo que estaba escribiendo. Ahora cuando vaya a Munich voy a contactar a Alex para que vea XXY y me diga que opina.
AMANTE DE LO AMBIGUO


Conoció el cine desde la cuna pero inició su carrera como escritora a los 20 años, cuando publicó su primera novela, El niño Pez. Lucía Puenzo, hija de Luis, el director de La historia Oficial, se interesa en temas de la niñez y la adolescencia tanto en sus textos como en sus guiones de cine y TV (Disputas, Sangre fría). También lo hizo en XXY, su ópera prima cinematográfica que ganó tres premios en el Festival de Cine de Cannes. Tal vez porque esta mujer de ojos claros y hablar espontaneo, en el fondo, sigue siendo una nena, que con su mirada curiosa mantiene esa magia que caracteriza a los niños, imaginativos, ingenuos, frágiles. “Siempre empiezo las novelas y los protagonistas son adultos, pero después van quedando en un segundo plano. Tal vez eso cambie cuando yo crezca. Creo que la adolescencia es un momento de la vida tan poderoso y ambiguo que siempre tiene mucho material dramático para trabajar”. Además de su multipremiado debut cinematográfico, acaba de editar su nueva novela: La maldición de Jacinta Pichimahuida (Interzona), que relata el destino trágico de los protagonistas del programa televisivo. Pero Lucia no quiere tener que elegir entre un medio o el otro, prefiere quedarse en la ambigüedad y en el cambio, aunque asegura: “El silencio de estar en mi casa escribiendo novelas es incomparable a cualquier otra cosa. Pero funciona muy bien una cosa como recreo de la otra. Es la ecuación ideal”. Acostumbrada a escribir para otros, ahora Lucía descubrió que prefiere sus propios proyectos. No escatima ni en pasión ni en emociones. Se entrega de lleno a cada uno de sus trabajos. Tiene mucho para dar, quiere compartirlo y todavía le queda un largo camino por recorrer. Su próximo proyecto: está escribiendo una novela y adaptando El niño pez para llevarlo al cine.




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ESCAPAR PARA SOBREVIVIR

ARTÍCULO ESCRITO EN 2005

José Drutman es judío polaco y llegó a Argentina en 1950, a los 35 años. Su primer escape fue hacia la Unión Soviética cuando comenzó al Segunda Guerra Mundial. En 1945 fue movilizado al ejército polaco y al terminar la guerra fue a Italia por tres años. Un tío lo convenció de venir a Argentina, a donde entró ilegalmente desde paraguay.

Cuando nació, en 1915 en Polonia, jamás imaginó que estaría hoy en Argentina contando los vaivenes de su historia. En su casa, sobre una mesa con un mantel verde, como las de los casinos, Jose Drutman, con sus 91 años, relata orgulloso el largo camino que lo condujo hasta Buenos Aires. Los anteojos oscuros que tiene puestos no permiten ver si sus ojos se llenan de lágrimas o si parpadea, pero hay momentos en que su voz quebrada revela su emoción.
Nació el 27 de abril de 1915 en Varsovia, capital de Polonia. “Vivíamos en un departamento de clase media, no era nada lujoso”, describe José y explica que, en ese entonces, en la ciudad vivían muchos judíos, de todas las clases sociales, pero en su mayoría no tenían industrias importantes, casi todos eran sastres, zapateros o hacían carteras. Había muchos templos y los miembros de la colectividad se reconocían por la vestimenta ya que eran religiosos, llevaban sombreros y el pelo y la barba largos. “Casi todos vivían por la zona norte de Varsovia, era como es el barrio de Once acá”, comenta para acercar aquella época a la actual.
-¿Cómo estaba compuesta su familia?
-Éramos mis padres, tres hermanos y dos hermanas. Yo comencé a trabajar a los 15 años como metalúrgico, cuando termine el colegio primario, porque había que aportar a la casa ya que no alcanzaba el dinero. Mi padre trabajaba muy poco y mi mamá no porque éramos 5 hermanos y nos tenía que cuidar. En general, sólo las mujeres sin hijos trabajaban, eran modistas de talleres, hacían de tejido de punto, esas cosas y las más jóvenes eran niñeras o trabajaban en algún negocio.
José agrega que estudiaba Biblia y tradición, iba semanalmente al shil (templo) y festejaba todas las fiestas religiosas. “Ahora solo respeto las fiestas más importantes, Iom Kipur (el día del perdón) y Rosh Ha Shana (año nuevo)”, se lamenta José, a quien pertenecer al pueblo judío lo marcó de por vida.
-¿Por qué decidió irse de Polonia?
-Todo empezó cuando en 1939 comenzó la Segunda Guerra Mundial. En realidad, mi hermana ya había emigrado a París en el 37, tenía allá a su esposo y ya se sentía el antisemitismo tanto dentro como fuera de Polonia. Como mi hermana intuía que se venían tiempos difíciles, nos dijo a mí y a mis hermanos que nos escapáramos. En París había una exposición mundial y permitían ir a turistas, pero al término, tenían que volver a sus países. Mi hermana consiguió, con ayuda de un amigo, que mi hermano se fuera a Londres, donde estuvo cinco años en el ejército ingles.
José también se escapó, pero a Rusia. Con las imágenes de los hechos presentes en su cabeza como si hubieran ocurrido ayer, describe paso a paso como fue su viaje por el mundo. “Fue un día a las 6 de la mañana, después de que me detuvieron, me hicieron trabajar forzadamente y me pegaron, aproveché que estaba cerca de la frontera con Rusia y pasé con cuatro compañeros. Todos los jóvenes que podían se escapaban”, explica. “Fuimos a un pueblo a un kilómetro de la frontera y allá nos detuvieron los ferroviarios alemanes. Nos dejaron hasta la madrugada sin comer, nos pegaron de una manera terrible, por cualquier cosa, y nos hicieron trabajar”, relata José… pero de pronto se frena. Luego de unos instantes de silencio, levanta la cabeza, como anunciando que lo que iba contar era importante, y continúa con su historia: “Estábamos en el medio del bosque, era todo oscuro y hacía frío. De pronto uno de ellos sacó una pistola empezó a disparar hacia el cielo. Dijo que si en 5 minutos no so íbamos, nos mataba a todos. Tenía miedo, no sabía que hacer”, reconoce.
-¿A dónde fueron luego?
-A una zona neutral, pero no era fácil entrar, había gente que estaba esperando hacía días. Después de un tiempo, no se cuánto, un comandante ruso abrió el portón y nos dejo pasar. Ahí empezamos la lucha; en la primera ciudad a la que fuimos no teníamos donde dormir ni que comer, estábamos en la calle y a veces nos daban algo de sopa. Un día salieron avisos para anotarse en unas listas para ir a trabajar a Bielorrusia. Hicimos cola toda la noche, imagínese que toda la gente quería anotarse. Me anoté y fui para allá, había poco trabajo, era un pueblo chico. De ahí, fui a Minsk, que era la capital, donde trabajé en una fábrica de carteras y valijas. Pero cuando estalló la guerra me tuve que ir, porque al estar cerca de la frontera podían bombardear fácilmente.
-¿A dónde se escapó esta vez?
-Me tomé un tren que estaba lleno de gente, y fui hasta otra ciudad más lejana, donde había personas escapando de todas partes. Y ahí de nuevo las listas para ir a trabajar a Liberia o a Uzbekistán. Yo elegí Uzbekistán, pero no pude quedarme en la ciudad principal, estaba prohibido y si veían tu pasaporte, que era distinto al de los nativos, no te daban trabajo, porque creían que eras un espía. Durante ese tiempo me enfermé y estuve internado un tiempo. Había una epidemia a causa de la suciedad y las malas condiciones en se vivía, los hospitales e iglesias estaban llenos de enfermos que morían unos tras otros, a la par de la guerra. Cuando me curé, en los primeros meses del 45, me movilizaron a Polonia a formar parte del ejército polaco. Nos llevaron, junto con otros soldados y sargentos, al crematorio de Maidanek, en Polonia. Ahí habían matado a un montón de gente en las cámaras de gas, fue muy duro.
Cuando terminó la guerra, lo liberaron del ejército y se escapó una vez más, ahora hacia Italia, donde se casó y pasó tres años. Pero la situación ahí también era difícil, vivía en hoteles y no tenía trabajo. “Los italianos nos recibieron muy bien, nos regalaban frutas; pero nosotros no queríamos depender de la ayuda de los demás”, explica José.
-¿Por qué decidieron venir a Argentina?
-Un tío de mi señora, que estaba en Argentina, nos mandó a llamar, pero tuvimos que cruzar en barco hasta Río de Janeiro. De ahí fuimos a Paraguay, donde estuvimos 3 meses y cuando quisimos entrar a Argentina, nos detuvieron en Posadas por cuatro meses. Finalmente ingresamos al país en unas lanchas, tardamos como ocho horas, había gente que esperaba a los inmigrantes y les cobrara para cruzarlos.
-¿Que pertenencias llevaba consigo de lugar en lugar?
-Sólo lo que tenía encima, había que empezar siempre de cero, sin nada.
Cuando llegó a Argentina, le gustó el país. “Argentina no tenía la culpa de lo que me había tocado vivir”, reflexiona. Se instaló con su tío, empezó a conocer gente y aprendió el idioma fácilmente, ya que dice tener “muy buena memoria”. Después de nueve meses, fue con su esposa e hijos a un departamento cerca del negocio de metales de su tío, donde trabajaba. “La primera casa que alquilamos era una tragedia y logramos pagarla porque teníamos pensionados. Después de un tiempo, me encontré con un amigo que había conocido en Río de Janeiro y empezamos a exportar lana a Brasil, así logré alquilar mi primer coche”, cuenta orgulloso.
-¿Cree que era más fácil progresar antes que ahora?
-Si, ahora es todo mucho más difícil. Aunque en esa época yo tuve que hacer todo ilegalmente, porque no pude regularizar la documentación apenas entré, ya que te solicitaban los datos del barco en el que habías ingresado al país, y yo había entrado en negro.
Así luchó toda su vida hasta que se jubiló, dos años después de que su mujer enfermara. “Yo quería estar con ella, y estaba solo con el negocio, así que me jubilé. Ella estuvo enferma 20 años y falleció en el 88”, cuenta con los ojos llenos de lágrimas y agradece por la entrevista ya que le “encanta contar lo que vivió”.

LAS PARADAS DEL CAMINO

-José Drutman nació en Varsovia, Polonia en 1915. Tenía dos hermanas y dos hermanos y trabajaba de metalúrgico para ayudar en su hogar
-Se escapó a la Unión Soviética en 1939, cuando comenzó la segunda Guerra Mundial
-Viajó a Bielorrusia a trabajar en Minsk en una fábrica de carteras y valijas
-Se escapó hacia otra ciudad
-Se anotó para viajar a trabajar a Uzbekistán
-Se enfermó y estuvo internado durante varias semanas
-En los primeros meses del 45, fue movilizado para formar parte del Ejército polaco. Lo mandaron al campo de exterminio de Maidanek
-Cuando terminó al guerra, en 1945, lo liberaron de ejército y escapó a Italia
-Se casó
-Cruzó el océano hasta Río de Janeiro
-Estuvo en Paraguay unos meses
-Lo detuvieron en Posadas, cuando intentaba ingresar a Argentina
-En 1950, por fin pudo entrar ilegalmente al país, en una lancha

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ENTREVISTA A CAMILA SALAZAR


PUBLICADA EN REVISTA 7 DÍAS (2007)

Tiene 15 años y es la hermanita menor de Luciana Salazar. No le molesta que la identifiquen así. Es una de las estrellas de Patito Feo y tiene claro que en parte su llegada a la televisión fue gracias a Luli. Es desenvuelta, espontánea y derrama simpatía. Pero como diría Guillermo Francella ¡es una nena!

-¿Cuándo decidiste que querías ser actriz?
-Desde chiquita me gustaban los actos en el colegio y siempre quería ser el personaje que habla. Pero la decisión la tomé cuando empecé en Rincón de Luz, a los 11 o 12, ahí ya dije quiero estudiar esto porque amo la actuación.
-¿Cómo llegaste a Rincón de Luz?
-Me hicieron una nota en Caras con mi hermana y me preguntaron qué programas me gustaban y si quería trabajar. Yo dije Rincón de Luz y ahí tuve una entrevista con Cris Morena que me preguntó si quería estar en su programa. Le dije que sí y trabajé en desde julio hasta fin de año. En esa época estudié dos meses con Hugo Midon, pero con el tema del colegio se me complicó y tuve que dejar. Cuando termine la escuela pretendo estudiar todo lo que es arte dramático y también producción.
-¿Te va bien en el colegio?
-Estoy en tercer año del Misericordia de Belgrano. Me va bien por suerte. Ahora el trabajo me trae mas exigencias, entonces el primer tiempo libre que tengo lo uso para estudiar y darle a fondo. Es la primera vez que en la secundaria me queda sólo una materia baja, con 5.5, cuando yo era de tener dos o tres bajas.
-¿Qué dicen tus compañeros ahora que te ven por televisión?
-No cambio nada desde que trabajo. Con mis compañeros estoy desde salita de 4. Son re divinos, tengo mi grupito ya armado desde que soy chiquitita. Conozco a todos los chicos de todos los años y no tengo problemas con nadie, ni hay diferencias ni envidia.
-¿Cómo tomaron en tu casa tu carrera?
-Mi hermana está chocha de la vida porque es lo que ella siempre quiso hacer. Siempre me dice que le encanta ver que yo estoy cumpliendo la carrera que ella quiso empezar de chiquita y por las cosas de la vida empezó de grande. Me dice que disfrute a mil. Y mis viejos también me re apoyan en esto, saben que es lo que me gusta hacer.
-¿Te comparan con Luli?
-No sé si me comparan, pero la gente me pregunta si soy la hermana de Salazar. Hay veces que está bueno, que me dicen que le mande saludos que es una diosa. Pero otras veces es feo porque te das cuenta que lo preguntan de mala onda. A mí los comentarios me entran y me salen de la oreja así que no me hago problema ni mi familia tampoco.
-¿Te molesta ser reconocida como “la hermana de”?
-No, creo que todo lo que conseguí fue gracias a ella, no tiene por qué molestarme. Por más de que la gente diga que estoy acomodada. Bueno, gracias a dios, por ser “la hermana de”, estoy trabajando en un programa que es un éxito. Obviamente que por mi parte yo lo conseguí, pero llegué a la televisión gracias a Luli.
-¿A tus compañeros de elenco les molesta eso?
-No, para nada. Acá hay un grupo re unido, nos llevamos todos re bien. En Rincón de Luz había más diferencia de edades y subgrupos. Acá somos todos de la misma edad así que nos llevamos perfecto, salimos todos los días juntos.
-Nada que ver con las divinas y la banda de Patito...
-Nada. Todo lo contrario.
-¿En qué te pareces a Caterina, tu personaje?
-Camila y Caterina son dos personas muy diferentes. Creo que lo único que se asemejan...
El sonido del celular interrumpe la conversación. Camila pide disculpas y atiende: “Hola papi vení en un ratito que me están haciendo una nota... No vení vos, ya hablé con mamá... Dale pá, te dejo que estoy en una nota. Chau”. Camila retoma la charla.“En lo que más se asemejan Caterina y Camila es en la colgadez. Yo vivo en la luna de valencia, me podés estar hablando y yo capaz estoy pensando en otra cosa pero a la vez te escucho. Esas cosas le pasan a Caterina. Y también soy media romanticona como ella, pero no sé hasta qué punto, porque ella es muy insulsa, cae en las cosas ochenta días después de que pasaron. Esa cosa aniñada yo no la tengo, pero está bueno jugarlo así porque en Caterina descubrí cosas que nunca en la vida había encontrado y las voy integrando a mi vida.. Ya hice de mala, de buena, ahora Caterina es mala pero a la vez buena.
-¿Te identificas con el grupo de Las Divinas o con el de Patito?
-Me identifico más con las divinas, no en el sentido de que soy mala y critico a todo el mundo porque nada que ver, pero me identifico más con la onda de ellas porque siempre están metidas en líos y a mí me encanta. Siempre en todos los líos en el colegio está metida Salazar. Y me re divierte. Me identifico con eso de hacer, no maldades, cosas para no tener clases y que quede involucrado todo el curso y que firmen todos, siempre estoy metida en el bardo.
-¿Qué fue los peor que hiciste en la escuela?
-¡Uh! ... (piensa) No, esta no te la cuento porque fue hace poco y si se llegan a enterar que fuimos nosotras nos matan (risas) Una vez metimos una rata en el ascensor del colegio y la vio una profesora, y tipo nada, no paso nada. Se dieron cuenta de que era un jamster de laboratorio y pobre animal no sé que le hicieron. Siempre empezamos a gritar en el medio del aula, hacemos ruidos de animales, y vienen todos los preceptores, y dicen: firma colectiva. Me mato de risa, la paso tan bien en el colegio.
-¿Con el baile cómo venís?
-Con el baile... (risas) Creo que voy bastante bien por no haber bailado nunca. Me la rebusco. Por ahí me ayudó que de chiquita estudié patín artístico y gimnasia artística. Tampoco soy quien para juzgar si bailo bien o mal, pero dentro de todo creo que bien.
-¿Sos de preocuparte por tu cuerpo?
-No, tengo 15 años, ¡déjenme vivir la vida! Es más, acá todos me cargan porque como mucho pero sí, como mucho y quiero crecer bien. Igual en cierta forma trato de no excederme, porque todo en exceso hace mal. Como lo necesario, respeto todas las comidas, salvo a veces el desayuno que por el colegio a veces tomo un Actimel y nada mas, que después lo compenso en el colegio con un sándwich. Y a veces la merienda porque acá estamos ocupados. Pero como bien, no estoy pendiente de mi cuerpo. Jamas se me ocurrió hacer dieta, espero no meterme en esos mambos todavía...
-Ninguna operación en mente...
-No, por ahora no. Ahora digo que jamas en la vida pero capaz de acá a 20 años soy una vieja arrugada y me quiero hacer un lifting en la cara. Estaría bueno. Pero ahora no, ni de tetas ni de nada.
-¿Te interesa el modelaje o sólo la actuación?
-De chiquita hacia publicidades y desfiles, pero más que nada me encantaría hacer alguna campaña de ropa. Igual me veo más en televisión y teatro, a mi me pones unos tacos y soy un desastre caminando. Me gusta que la vida me sorprenda y tal vez en un futuro aprendo a caminar con tacos y tengo un cuerpo ¡uh! espléndido y termino siendo más modelo que actriz. Pero me siento más identificada con la televisión.
-¿Trabajarías con Playboy, como tu hermana?
-Sí, que sé yo. Ahora soy chica para eso pero dentro de unos años sí. Yo siempre tengo la esperanza de algún día hacer un programa con mi hermana Luciana y creo que me re divertiría hacer Playboy. Además ella me cuenta que la pasa re bien y que la re cuidan. Es más, ahora creo que la va a volver a hacer. No es que te super expones, mi hermana hizo Playboy poniendo condiciones de no mostrar algunas partes demasiado íntimas. Son experiencias de vida, me encantaría probar.
-Tu hermana es un sex symbol, ¿qué dice papá?
-Al principio fue re duro y más para él, que es el típico padre de cuatro mujeres. Imaginate cómo nos tenía a las cuatro: son todas mías decía. Fue medio difícil pero igual él estaba acostumbrado por mi tía Evangelina, al margen de que ella nunca se mostró así como mi hermana Luciana, pero fue una gran actriz y mi viejo tuvo que vivir todas las de acompañarla a grabar y todo eso. De alguna forma la entendió a mi hermana, pero le chocó un poco que saliera en tetas y esas cosas. Con el tiempo se fue amoldando y dijo ya está, si a ella le gusta está bien.
-¿Con tu tía Evangelina cómo te llevás?
-Me llevo re bien, siempre con mi familia tuvimos una relación muy buena. No nos vemos siempre, ellos vivieron mucho tiempo en Estados Unidos y cuando vienen acá viven en el campo. Pero nuestra relación al ser muy lejana es muy cercana. Cuando nos vemos, aunque es poco tiempo, nos contamos todo. Mis primos también son divinos. A Sebi lo veo acá todos los días porque está grabando La Lola. Los quiero tanto a mis primos.
-¿Tendrías una relación con alguien más grande, como tu prima Rosario con Joe Fernandez?
-No sé cuántos años le lleva, pero a mí de por sí me gusta que el hombre sea más grande.
-¿Tenés novio?
-No nada, por ahora nada. Y menos en esta época en que no tengo ni tiempo para mí. El día que tenga un novio me gustaría dedicarle todo el tiempo y todo mi amor a esa persona. Y ahora de ese tiempo no dispongo así por ahora prefiero evitarlo.
-Pero seguro va a ser más grande...
-Sí, obvio. A mí siempre me gusto ver la imagen masculina mas grande que la femenina. Creo que e salgo de familia, mi papá es más grande que mi mamá y el marido de mi hermana es más grande que ella. Yo tengo amigas que su mamá es más grande que el papá y no lo ven tan chocante. Yo si lo veo medio fuerte, pero por ahí la vida me termina mostrando algo diferente y termino saliendo con un hombre más joven que yo.
-¿Hay alguna actriz a la que admires?
-Actriz no, cantante sí. Madonna. Es la ídola de todas las hijas Salazar. No paso de largo por ninguna, ya desde chiquita yo escuchaba a mis hermanas cantar y se me contagió.
-¿Y cantás bien vos?
-... (Risas) Pone puntos suspensivos... Sí, que se yo, capaz yo me tiro abajo, pero no soy tan mala cantando, pasa que soy medio afónica y me juega en contra. Pero entonada soy y tengo oído, así que por ahí si arreglo eso de la voz, quien dice que no termino sacando un Cd con mi hermana.
-Me tiraste una bomba...
-No, no sé todavía, pero me encantaría.





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ENTREVISTA A BELINDA


PUBLICADO EN REVISTA 7 DÍAS (2007)

Todavía no es adulta, pero definitivamente, ya dejó de ser una chica. Belinda seduce desde la inocencia de su reciente mayoría de edad y sus dejos de adolescencia. Desparrama juventud con cada palabra y de a ratos, deja entrever que no es una chica común y corriente, la fama temprana la hizo crecer de golpe y hoy recorre los escenarios del mundo cosechando miles de fans. Pero el estrellato no la enceguece y está pendiente de todo lo que ocurre en su Mexico, país que siente como su patria a pesar de haber nacido en España, de donde emigró a los 5 años. De visita en Argentina, donde presentará su disco Utopía en el Gran Rex, Belinda charló con 7 Días en su habitación del Hotel Faena, en Puerto Madero.
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-¿Cómo eligieron el nombre de disco?
-Lo decidimos con mi papá, porque creemos en las utopías. Cuando escuchamos como había quedado el disco nos emocionamos mucho y fue una experiencia super padre hacerlo, fuimos creando cada utopía, por eso elegimos el nombre, porque las utopías son importantes, la gente ha olvidado lo mucho que significan.
-¿Cuál es tu utopía?
-Todos tenemos muchas. Una de ellas es crecer, pues, ser mejor persona, crecer en la música, ir haciendo diferentes cosas que me emocionan.
Fanática de Cold Play, Soda Stereo, Babasonicos y Madonna, Belinda no duda cuando le preguntan qué haría si dejase de cantar: "Sería o escritora o fotógrafa. Me gusta mucho sacarle fotos a elementos. A mis amigas las visto, las peino y les saco fotos".
-También hacés videos caseros...
-Sí, me encanta. De chiquita siempre filmaba, me gusta crear video clips con mis amigas y esas cosas.
-¿Qué te inspira a la hora de escribir?
-Todo en general, ir a distintos países, el crear un show y hacerlo me hace muy feliz y me inspira.
-¿Cuál es el lugar más raro donde actuaste?
-Cada país es raro, tiene sus cosas, su cultura. Brasil es muy único, Argentina es de mis consentidos. México, España, todos son raros...
-¿Qué es lo que más te gusta de Argentina?
-La gente, porque son muy cultos en cuanto a música y a cultura en general, son personas muy inteligentes. También me gusta la comida.
-¿Te cuidas con la comida?
-Ahora me cuido más que antes. Cada vez que vengo a Argentina son empanadas, carnes, ensaladas, alfajores, chocolates. En México tengo una entrenadora que viene a mi casa y en las giras yo solita entreno, le hecho ganas.
-¿Cuál es el olor que más te gusta?
-El olor del té verde, la yerba buena.
-¿Probaste el mate?
-No probé nunca, ¿qué es?
La cronista explica de qué se trata y Belinda se muestra interesada: "Suena interesante, lo voy a tener en cuenta". A un costado, los padres –que la acompañan a todos lados- planean cuando concederán el deseo de su nena, preguntan cómo se prepara eso y todos los detalles.
Al preguntarle por sus raíces españolas, Belinda hace énfasis en que se siente mexicana, pero recuerda que en España, le encantaba pasar la Navidad con sus abuelos y que era feliz allí.
-¿Sos creyente?
-Soy católica. Le rezo a Dios todas las noches, creo que existe un ser arriba de nosotros que nos cuida y que está viendo lo que está bien y lo que está mal. Y cada vez que haces algo siempre va a haber repercusión. A la Iglesia no vamos hace mucho por trabajo, pero antes íbamos seguido.
-¿Por qué decís que sos rara?
-Pues en muchos aspectos, soy rara como persona, mi círculo de personas es muy cerrado, soy muy perfeccionista. No soy una persona abierta, no me gusta hablar de mi vida personal, que la gente hable cosas y chismes de mí. No me considero una artista que quiere ser famosa por lo que se dice de ella ni por escándalos, porque sale con alguien, sino por mi música. Y si me cuesta mucho que me conozcan por mi música pues no me importa. Ahora todos quieren ser famosos y se abren la camisa para llamar la atención, soy rara porque no soy así.
-En la canción Ni Freud ni tu mamá, hablás de un novio inmaduro. ¿Alguna vez tuviste que dejar a alguien por eso?
-Sí, he tenido varias personas que han actuado inmaduros en cierto modo. Pues estaban en otro canal, entonces tuvimos que dejar las cosas así. Por eso he escrito muchas canciones de eso y creo que a muchas chavas nos ha pasado.
-¿Ahora estás de novia?
-No, estoy de amiga. Tengo muchos amigos.
-¿Qué hacés en tus ratos libres?
-Me gusta salir con mis amigas, ir a fiestas en las casas y al cine, es super divertido.
-¿Tomás alcohol?
-Un poco sí. Me encanta el clericó con vino tinto, super dulce y con muchas frutas.

AMOR A LA MEXICANA

-¿Lees el diario, estás al tanto de las cosas que pasan?
-Sí, estoy al tanto y cuando no, mi papá se encarga de contarme. Entonces yo me involucro y veo que está pasando.
-¿Qué opinás del muro que puso Estados Unidos (EEUU) en la frontera de México?
-Creo que EEUU, siendo un país hermano, se ha portado un poco cabrón con México pues, definitivamente, en Los Angeles hay millones de trabajadores mexicanos en los restaurantes, en las casas y se portan muy bien con EEUU. Y EEUU trata muy mal a México, está fatal. En México deberíamos de tener cámaras y cosas para ponerle las huellas a todos los americanos que vienen y nosotros los dejamos pasar porque somos hermanos. Esto me enoja mucho, de hecho me estoy poniendo de mal humor, es terrible. ¿Cómo un país como EEUU, teniendo a México que se ha portado increíble con ellos, nos trata así? Si los mexicanos quieren ir a trabajar porque lamentablemente en nuestro país no hay mucha posibilidad de empleo. Es uno de los problemas que ningún presidente pudo resolver. Pues es injusto, y que maten así cada vez que quieran cruzar esta pésimo.






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ENTREVISTA A LARA BERNASCONI



PUBLICADO EN REVISTA 7 DÍAS (2007)

Lara Bernasconi dejó a atrás el miedo que le tenía a la nieve y se divirtió haciendo snowboard en Chapelco. Alejada de las pasarelas, dedicándose a full a su línea de carteras y zapatos, la modelo admite que ya no sueña con casarse, aunque está esperando conocer al hombre de su vida. No le molesta que se rían de ella en la tele y asegura que es "muy inteligente".


-¿Fue por trabajo o de vacaciones a Chapelco?
-Me invitó el grupo Más y el gobierno de Chapelco y estoy muy agradecida. Me habían invitado dos veces pero recién ahora pude ir. Me fascinó, la gente es muy simple, cero show off ni frivolidad, es un lugar muy familiar. Me sentí muy bien, hice snowboard.
-¿Sabía?
-No, hace 12 años que voy a la nieve, pero tenia, ¿viste las personas que tienen miedo a volar? Bueno a mí me pasaba lo mismo con la nieve. Tenía un pánico impresionante: me subía a los esquíes y me agarraba un miedo terrible, dejaba todo y me iba a tomar un chocolate con torta. Pero bueno, lo logré.
-Cuando las modelos se sacan fotos en la nieve en bikini, ¿cómo hacen para que no se note que tienen frío y para no tener "timbre"?
-(Risas) La verdad te morís te frío, encima soy muy friolenta. Y bueno, nada, tenés truquitos para que no se note, te corrés a un costado y te tapas un poquito. O estas muy abrigada hasta el momento de la foto y después te la bancás.
Lara está abocada a su faceta empresarial preparando la apertura en Palermo Soho de un showroom para su marca de zapatos y carteras. A principio de año, condujo por poco tiempo La Noche de Boca. Tras ese paso fugaz por el periodismo deportivo –sin saber nada de fútbol-, condujo el ciclo AMPM por Fashion TV y ahora conduce Novias TV, por Canal Metro, en el que muestra las mejores opciones a la hora de preparar un casamiento: "Me siento cómoda porque como armé dos casamientos y no me casé, de esto entiendo". Lara se refiere a dos de sus relaciones que casi terminan en el altar, la última con el polista Jeff Hall.
-¿Su sueño es casarse?
-Ahora ya no. Mi sueño es conocer a alguien que sea mi compañero, ir para el mismo lado los dos, tener mi familia. Es algo que no se dio hasta ahora, sí lo busqué, sí aposté a dos relaciones que fueron importantes en mi vida, pero no funcionaron. Ahora estoy paciente y tranquila esperando a que se me cruce el hombre de mi vida, hasta ahora no pasó, pensé dos veces que era y no.
-¿Qué tiene que tener el hombre de su vida?
Tiene que ser sano, trabajador, divertido, tener humor y ser simple. No me gustan los hombres que están pendientes del último saquito de Armani y el último zapatito de Prada, conmigo no pegaría demasiado.
-¿Usted no está pendiente de esas cosas?
- No, yo estoy pendiente de la creatividad, de evolucionar espiritualmente, como persona, de estar tranquila, hacer mi vida.
-¿Terminó mal luego de las rupturas con los dos "hombres de su vida"?
-Cuando querés mucho a una persona te duele que se corte el amor, uno apuesta demasiado a una relación y después te das cuenta que no da. Yo soy sensible, pasional y por supuesto que me provoca tristeza y me pasó que me costó salir. Separarse duele, pero yo prefiero sufrir 3 meses, un año, lo que lleve, desconectarte sentimentalmente con esa persona, a estar toda una vida mal.
-¿La decisión de la separación fue suya, de ellos o mutua?
-Tomé yo la decisión.
-¿Alguna vez la dejaron?
-No por ahora no. Pero yo dejé amando mucho.
-¿Sigue en relación con sus ex?
-Me llevo muy bien. Con mi último ex hablo seguido. No me gusta estar mal con la gente. Creo que si compartiste muchas coas con alguien no hay porqué terminar mal.
-Físicamente, ¿qué es lo primero que le mira a un hombre?
-La mirada.
-¿Se fija en las coincidencias zodiacales?
-Me fijo en la personalidad, no le doy mucha bola a eso, no es primordial para mí. Me fijo más en los animales, en si son caballo y esas cosas.
-¿Algún hombre en vista? ¿Algún otro deportista?
-¿Algún otro deportista? (risas) No se, prefiero no hablar ahora de mi vida privada, estoy muy ocupada con el armado de mi empresa, estoy ocupada. Salgo con hombres, sí, a comer, al cine, estoy conociendo gente pero estoy sola.
-Nada formal...
-Nada que pueda contar todavía...
Varios programas de televisión llenan sus notas con chistes dirigidos hacia Lara, a su "boludes" y a su falta de capacidad para responder preguntas. De hecho, el ciclo RSM la homenajeó con el premio Boluda Total y la mini Lara de Duro de Domar despertó carcajadas.
-¿Mira TV?
-Sí. Lo que más veo es Bhone, un canal de música. Miro CQC; veo Susana Gimenez. Miro muchas películas, me encanta el cine. Soy fanática de la serie Prision break, me gusta mucho la música, seguir las causas humanitarias, cuando se juntan los grupos como en Live Earth. También miro muchas noticias, sigo el noticiero a full, canal 13 me gusta mucho, María Laura y Santos.
-¿Participaría del CQTest?
-No participaría, porque la verdad es que no me gusta exponerme a ver si soy inteligente o no, yo creo que soy muy inteligente y estoy tranquila, no necesito la aceptación de los demás. No me gusta exponerme, antes lo hacía y no me importaba, pero hoy prefiero el bajo perfil, hacer las cosas que me interesan.
-¿Cómo reacciona cuando se ríen de usted?
-Se que se ríen mucho de mi, pero si les provoco risa está bueno, mientras no les provoque llanto y tristeza...

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ENTREVISTA A NICOLÁS CÚNEO



PUBLICADO EN REVISTA 7 DÍAS (2007)

Empezó con un amigo vendiendo shorts de baño por la calle y hoy es dueño de Key Biscayne, una de las marcas más caras y prestigiosas de ropa de hombre del país. Nicolás Cúneo es uno de los pocos argentinos que está contento con su trabajo y se puede dar el lujo de hacer las cosas que le gustan y lo inspiran: el deporte, la música, los viajes y la naturaleza. Asesora y viste a Charly García y a Adrián Suar.


-¿Cómo combina todas sus pasiones?
-Me dediqué hasta los 25 años al volley profesional. Ahora sigo haciendo deporte pero amateur. Quiero que la vida no sea un trabajo sino que trabajar sea un medio para vivir. Me gusta lo que hago pero me gustan otras cosas más, como el deporte, la familia y la música. No me siento un diseñador, no estudié diseño sino que hago lo que me gusta. En los momentos menos esperados, que yo llamo de no mente, se me ocurren cosas lindas para hacer. Lo que hago está relacionado con las vivencias y eso diferenció a la marca, hago lo que siento y no lo que el mercado dice que tengo que hacer.
-¿Es más que una forma de vestir?
Siento que Key Biscayne es un estilo de vida, que pasó de ser de una marca de ropa a una forma de vivir las cosas. Ahora estamos con un proyecto de armar viviendas de Key Biscayne, una empresa constructora de casas con el concepto de la marca. Por que la gente entra a este local y dice que quiere vivir acá, que su casa tenga este estilo.
-Viaja mucho en busca de inspiración. ¿Cómo plasma lo que aprende en el diseño?
-Me gusta viajar y aprender de culturas. También veo telas y compro. Pero por ejemplo yo veo que en Nueva York la moda se agarra de una cultura y yo prefiero ir a la esencia de las cosa. En Egipto ves como vive la gente, ves colores tremendos. Los colores mas lindos de mi vida los vi en Egipto, vi combinaciones, vi opuestos de cosas, viví en una tribu con beduinos. Es lindo, es aprender. A Tailandia fuimos a recorrer porque me interesó el budismo desde lo que leía y quise ir a conocer como era realmente. Lo que más me sorprendió fue el agradecimiento de la gente y lo contenta que está en donde está, haga lo que haga. Hay mucho respeto y mucha educación y esa es una de las cosas que más quiero reforzar. Primero conmigo para luego transmitirlo a los que trabajan con nosotros. Siento que desde adentro sale para afuera. Creo que Key Biscayne es eso, su concepto es de adentro hacia fuera. Ahora vengo de Cabo Polonio, que es un lugar que me vuelve loco, estuve unos días descansando con un grupo de amigos y amigas. El próximo viaje largo creo que va a ser a algún lugar con animales. Un safarí por la selva, algo así África tal vez.
-¿Cuál es el estereotipo de hombre y de vida que representa Key Biscayne?
-Nosotros tratamos de hacer lo que nos gusta. En la vida uno tiene deberes y obligaciones y cosas que no son tan lindas de hacer. Nosotros tratamos de que en la balanza del día haya más cosas que te gusten que las que debas hacer. No sé si es lo que quiero transmitir, pero es la idea con la que trato de vivir mi día a día. Yo percibo que el cliente de Key Biscayne, después de cumplir con su trabajo, hace cosas que le gustan. Lo siento cuando entra al local.
-¿Por qué cree que hoy en día es más normal que los hombres se preocupen por la ropa?
-Se relajó. Antes el que se ponía una remera rosa y el que lloraba era puto. Pero si no lloras no podes vivir y ponerse una remera rosa está buenísimo. Ahora el hombre se anima más, antes eran todos iguales, muy pocos cambiaban y la naturaleza nos dio la posibilidad de cambiar. La mujer se divierte vistiéndose y ahora el hombre también.
-¿Cómo es asesorar a alguien y en particular a alguien famoso?
- No es que yo veo algo distinto. Lo miro y siento que tal cosa le va quedar mejor, que lo va a estilizar. El objetivo se logra cuando esa persona se ve mejor. Ahí le entraste, cuando se siente y se ve mejor, no cuando vos lo ves mejor. Hay que ver la personalidad y saber captar que es lo que tiene adentro para transmitirlo en al ropa.
-¿Cómo conoció a Charly García?
-A él le gustaba mucho la ropa de Key Biscayne y cuando tenía shows nos llamaba para pedirnos cosas. Y llegó un momento que yo sentía que gran parte de la juventud estaba eligiendo un camino que para mi no daba, en el sentido de lastimarse, de divertirse desde un lugar que para mí no está bueno. Y pensé que estaba bueno mostrarle a la juventud a Charly bien, de blanco, impecable, tocando. Le transmití la idea y me dijo que no.
-¿Dio explicaciones?
-Dijo que él quería hacer otro tipo de fotos. La manera de la que se quería mostrar no era la que yo quería y le dije que no, que le agradecía mucho y que estaba emocionado de que me hubiera atendido. A la semana me llamo y me dijo: "Nico, ¿qué tengo que hacer?" Yo no entendía nada y él me decía: "Maestro que tengo que hacer". Yo le decía que no me cargara. Pero él me decía que era de verdad: le gustó que quisiera mostrarlo bien. Desde ahí tenemos una relación hermosa y lo asesoro en su imagen. Hoy lo ves vestido de traje, impecable. Tiene sus errores, como todos, pero yo siento que Charly quiere estar bien. Para mí es tremendo que me llame y me diga voy a tocar acá, que me pongo, y vestirlo de smoking con una de las remeras que diseñamos juntos para su cumpleaños de 55. O que venga a inaugurar este local tocando con Migue y que se amiguen acá porque yo lo fui a buscar para que se arreglen. Migue también se viste acá, es un divino.
-¿Cómo se acercó a Suar?
-Suar me llamó cuando salió Sin Codigo. Empezamos a laburar juntos. Y hoy él sale en los medios diciendo que somos una dupla, habla de mí de una forma que me emociona. Debe haber algo en mi que capaz que yo no me doy cuenta y los demás sí. Es un orgullo enorme.
-¿Cómo es el trabajo con él en el día a día?
-Nos juntamos una vez por mes, cada 20 días, comemos dos horitas acá y charlamos de la vida, de la ropa, de todo. Primero nos divertimos, la pasamos bien, y ahí le voy diciendo que le pondría, yo ya sé todo lo que tengo acá en el local, y qué es lo que le va a quedar bien. Yo no me lo imagino a Suar de traje y corbata, sería un muñeco de torta. Pero con un saco con onda sí. Él tiene que estar en un elegante distendido, por que él es así, un divino total, un relajado y a la vez una pila total.
-¿Hay algún famoso del exterior que represente la esencia de Key Biscayne?
-No. Ahora cuando estuvieron los de Aerosmith entraron todos al local y se compraron todo. Para mí fue bárbaro. Pero Key Biscayne somos nosotros, la identificación la siento con la naturaleza, no con alguien.
-¿Alguna vez pensó en diseñar para mujeres?
-Ropa de mujer hicimos un par de años, está bueno, pero lleva mucho tiempo. Y me gusta trabajar pero no quiero trabajar de 9 a 9. También me gusta dedicarme a mí, a las cosas que me gustan, a aprender. Ponerme a diseñar para mujer ahora sería mucho, no quiero ser un empresario ni ser más millonario del cementerio, quiero hacer cosas lindas y que me guste lo que hago. Va a venir más adelante porque me encanta ver a mujeres vestidas bien y porque la gente lo pide. Veo a una mujer vestida linda y me vuelvo loco.
-¿Cuál es la diferencia entre diseñar para hombres y para mujeres?
-La ropa de hombre la hago como para mí, como a mi me gustaría vestirme para tal situación, me pongo a mí en todas las situaciones. Y para una mujer me imagino como me gustaría verla vestida, como me gustaría que me seduzca en distintas ocasiones.
-¿Ayudaba a sus novias a vestirse?
-Se enojan. Nunca salí con una chica que me encantara como se viste, yo las hubiera vestido distinto, igual un poquito iban adaptando su estilo. También me gusta que cada uno tenga su etilo. Yo les decía desde mí, che esto te quedaría mejor, pero es raro que un pibe le diga a una mina como vestirse, entonces era con cuidado, porque las mujeres se enojan.
-¿Salió con alguien que se vistiera muy mal?
-Una vez salí con una chica que es la persona que peor vi vestirse en mi vida. Combinaba tan mal, no me gustaba nada. Era todo como muy combinado, recargado, pero igual me gustó ella. Y salí diez meses. Y la quise y no me frenó y es muy fuerte eso. Esta bueno que me haya pasado eso. Fue hace como 4 o 5 años. Ahora estoy solo, pero con ganas de.

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ENTREVISTA A IÑAKI URLEZAGA


PUBLICADO EN REVISTA 7 DÍAS (2007)

Llega cansado y acalorado al lugar de encuentro, pero se muestra simpático. Pide un jugo de naranja exprimido, lo toma de un sorbo y sigue adelante. A pesar de que estuvo todo el día siendo entrevistado y que seguirá igual hasta la nochecita, Iñaki Urlezaga pone su mejor cara y bromea al respecto. Es que detrás del traje de Romeo, de las calzas y los zapatos de danza, se esconde un tipo común, humilde y sencillo. Iñaki está de paso por la Argentina para promocionar Giselle, que presentará con el Ballet Concierto que dirige su tía Lilian Giovine el 19 y 20 de octubre en el Luna Park. Sus días en Buenos Aires están completos de notas, gimnasio y ensayos; después volará a Amsterdam, donde estrenará junto al Het Nacional Ballet de Holanda Romeo y Julieta. No para. Nunca paró. "Bailaba desde en andador, era mi destino", asegura.






-¿Cómo era de chiquito?
-No era de los traviesos, era tranquilo, como ahora y más introvertido. Vivía en La Plata, en un lugar donde no había tanta información, una ciudad mucho menos estresante. Mi mamá me llevaba caminando a todos lados, estaba con mi abuela, como cualquier chico del interior.
-¿Por qué era más introvertido?
-Por mi personalidad y porque el artista es en general introvertido, tímido, un poco extraído del mundo, como un bohemio, al que le cuesta representarse a sí mismo y ser desenvuelto hasta que se apaga la luz. Pero hay que esperar a que se apague.
-¿Alguna vez pensó en dedicarse a otra cosa?
-Me hubiera gustado estudiar psicología, pero es muy naif, creo que no hubiera aguantado.-¿Qué piensa hacer cuando se retire?
-Me veo en una casa frente al mar. Pienso disfrutar mucho más lo que hago ahora en mi tiempo libre.Pero a Iñaki no le queda mucho tiempo libre, y el poco que tiene, lo aprovecha: "Me gusta ir al teatro, al cine, cosas sedentarias. Nunca hago actividades físicas, disfruto del mar, cosas tranquilas".
-¿Qué cine le gusta?
-El europeo me gusta más que el americano. Me gusta el cine que te deja algo. Benigne tiene una mirada muy particular, Almodovar no es de mis favoritos, pero admiro que tiene una mirada personal. A Woody Allen no lo entiendo mucho, el cine argentino me encanta: 9 Reinas y El hijo de la novia me parecieron fantásticas.
-¿Se ve actuando en alguna película?-No jamas, no es lo mío. No tengo talento para eso. Solo bailar
-De alguna manera usted actúa e interpreta personajes...
-Con el cuerpo, pero no con la voz.
-¿Con qué personaje se identificó más?
-Con Romeo no, tal vez el de Giselle, pero yo soy más relajado y no soy tan malvado, no podría mentir tan abiertamente. No hay un personaje que me reconozca, todos tienen algo mío.-¿Le gusta escuchar música?
-No mucha, no soy de poner música. No tengo cultura musical de ir a comprar tal disco. Si escucho es algo tranquilo de Fito Paez, Vicentico, Silvio Rodriguez, Ismael Serrano. Sabina, Sabina y Sabina. Generalmente eso.
-¿A quién idolatra?
-No soy una persona de tener admiración por seres terrenales, así cholulismo, pero Ernesto Sábato me parece una persona increíble, creo que si lo tuviera cerca lo llenaría de besos. Primero porque me parece muy grande humanamente, un genio de la literatura y sus libros se van a terminar de reconocer del todo, y además por su endereza espiritual y ética, es un ejemplo para el país. Es una injusticia que no se le diera el Nobel.
-Aunque cambió su postura...
-Pero tuvo posturas por convencimiento personal y después se dio cuenta de que no eran valederas o correctas, no fueron por negociados. Eso me parece valiente, con los derechos humanos, cuando hablaba públicamente durante la dictadura, siempre expuso sus pensamientos, lo admiro mucho, me enternece. Leí todos sus libros, pero no tengo uno preferido, me gusta todo de él.
Además de Sábato, Iñaki lee textos de Jorge Luis Borges y cree que El Aleph es "magnífico". A Julio Cortazar no lo entiende: "A veces me aburre un poco, lo veo deprimente". Le gusta William Blake y se define como amante de la literatura universal. No le gusta escribir, pero este lector, encontró en la danza su propia manera de transmitir mensajes. "Escribo con los ballets, con las coreografías, cuento historias".
-¿Qué lo inspira?
-Un accidente, la naturaleza, todo lo que salga del mundo y de los humanos que no creíamos que pudiera suceder, los hechos trascendentes, pero esto depende del estado de ánimo, porque las cosas te golpean diferente. Pasar eso a la danza es complejo. A veces lo pienso y otras lo bailo, depende el momento. Generalmente escucho mucho la música, lo analizo y lo dejo un tiempo y de repente se viene a la cabeza, del inconsciente, estaba resuelto en algún lugar al que no tenía acceso.
-¿Es creyente?
-Me cuesta creer muchas cosas que pasan. Soy muy espiritual, creo en dios y en Jesus, pero no en la iglesia, es muy contradictoria. Me duele decirlo, pero como institución no le creo, me cuesta creer que la gente sea libre de decir lo que piensa. Amé a Juan Pablo II, en algunos aspectos humanos fue fabuloso, pero creo que a nivel doctrinario la Iglesia no evolucionó mucho. Que se yo, me apoyo más en la Madre Teresa de Calcuta o en Ghandi, si eso es religión, sí, soy religioso.
-¿Va a Misa?
-Si, me hace bien entrar a la iglesia de dios, creo en la energía que hay adentro pero no en quien lleva adelante esas iglesias. En las instituciones es depende de quien las maneje, creo en algunos sacerdotes y en otros no, porque no puedo no cuestionar con las cosas que escucho y veo y leo en los diarios. No vivo en un lugar donde no me entero de nada, miro a mi alrededor y es terrible todo lo que pasa.
-¿Le interesa la política?
-No me considero apolítico. Trato de ser consciente de mis responsabilidades civiles de mi obligación moral como individuo.
-¿Si estuviera en el país, a quién votaría?
-No lo tengo decidido. Lavagna (Roberto) me encanta. Me da esperanzas lo que hizo cuando estuvo y cuando se fue. Pero la verdad es que no lo conozco mucho como jugarme y decir que lo votaría, la política a veces es tan sucia.Inevitablemente, la política deriva en las escuelas públicas de danza: IUNA, Colón y Escuela Nacional de Danza. Para Iñaki, el mal funcionamiento de lo público está relacionado con que "muchos creen que lo público no es propio de uno, que es del estado, entonces hay un descuido grande, total lo paga el Estado y enrealidad lo pagamos nosotros".
A pesar de ser una estrella internacional, Iñaki no encuentra su lugar en Amsterdam, donde vive. "No es mi lugar, acá esta mi olor, hasta me gusta Ezeiza, con lo mal que funciona". Le gusta vivir su vida bien, pro eso no ahorra ni invierte su dinero en propiedades: "Gasto mi plata en buena calidad de vida, pasajes en primera clase, vinos, libros, regalos para amigos, para disfrutar el día a día".
-¿Está en pareja?
-No. Las veces que intenté cosas formales no funcionó. Vas, venís, entrás, salís... Es muy difícil que otra persona acepte que estoy relegado a la carrera que elijo. Después de un tiempo duele sentirse segundo o tercero. Ponele que se cumple algo el 29 de septiembre y le decis: "No mi amor, estoy en Hong Kong". Y te pregunta si vas a estar para año nuevo, y: "No, no se donde estaré". No quiero ser egoísta con otra persona y no me siento cómodo con el touch and go para decir vivamos el momento.
-¿Sueña con formar una familia?
-No creo en las cosas así idílicas, pero sí, honestamente sí porque nunca al tuve. Algún día, cuando tenga que ser, será.

EN POCAS PALABRAS

Lo que más extraña
El mate y el tostado
Lo primero que hace a la mañana
Me lavo los dientes, tengo una culpa con eso porque no me lavo muchas veces por día, por eso a la mañana le doy duro.
Lo último que hace antes de dormir
Tomo un te, leo algo o a veces miro al tv.
Postre favorito para darse un gusto
Me cuido, no como mucho. Si tengo que elegir, pero no después de comer porque e muy pesado, como merienda, un panqueque de manzana con una bocha de crema.
Un momento del día
La mañana porque está empezando todo y la noche por la tranquilidad.
Un lugar en el mundo
Cualquiera cerca del mar.
Un sonido
El mar y los pájaros
Un olor
Jazmín
Si tuviera que elegir un sentido para perder
El gusto. No soy muy goloso, tengo atracones pero no, no quiero que sea un placer terrenal, lo veo como algo lujurioso. Hace daño comer tanto, trato de eludirle a la comida.
Una adicción
La lectura y un buen vino. Pero no soy de salir de noche, no fumo ni tomo drogas.




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SNOBISMO CULINARIO


PUBLICADO EN REVISTA 7 DÍAS (2007)

Para algunas personas, comer es una bendición de la que pueden disfrutar sólo algunos días. Para otras, es una tortura, porque quedaron atrapadas en las enfermedades sociales que las obligan a estar flacas, esqueléticas. Pero comer, para otros muy pocos, se convirtió, en los últimos años, en un gusto sofisticado, que cuanto más extravagante y caro, mejor. El mundo gourmet es un paraíso con clave de acceso que crece día a día en Argentina y en el mundo. Mientras algunos mueren de hambre, otros especializan cada vez más su paladar –o dicen que lo hacen. A propósito de este fenómeno, una charla con Miguel Brascó.

El periodista especialista en vinos y en gastronomía cuenta que "la movida gourmet surge en Argentina como en el resto del mundo con la Nouvellie Guisine, gracias a las innovaciones de Paul Boucuse en Francia, en la década del 60, que plantea una revisión de la cocina clásica francesa -la haute coucine- reivindicando el sabor simple del aprovisionamiento, se llamó también cocina de mercado, porque el cocinero no sabe lo que va a cocinar sino que sale y cocina según lo que encuentra en el mercado. "La cabeza de la innovación en Argentina fue el Gato Dumas, quien volvió de Inglaterra donde había trabajado, y planteó un cambio drástico que llevó a que la profesión de cocinero pasara a tener más status social. El Gato era un pituco de Palermo Chico, de las clases altas argentinas, que contrató cocineros rubios de ojos azules, los puso bien ala vista bien a la vista. Puso dos cocinas, una de elaboración, atrás, y una de show, en frente del salón. Dignificó la profesión del cocinero e indujo argentinos a comer no sólo por satisfacer el hambre sino como una salida, un paseo. El público respondió muy bien, los restaurantes se empezaron a llenar de gente que estaba dispuesta pagar más caro de lo que pagaba habitualmente en los restaurantes comunes y corriente de Buenos Aires, más conocidos como marrones, porque tenían las paredes de ese color para que no se vieran los pringes de los dedos".
Muchas personas se sienten más prestigiosas por saber catar un vino o por saber que tipo de aceite de oliva conviene usar para casa plato. Pero muchos de estos nuevos fanáticos del gourmet, son de mentira. Y su fanatismo no es más que parte del snobismo culinario, del querer distinguirse por medio de la ingesta de productos estrafalarios. Brascó, explica que "en el momento de comer no hay gourmet y consumidores populares, somos todos seres humanos. Si sos snob es otra cosa. El snob no come para alimentarse sino para hacer show off, come cosas que no le gustan pero que quedan bien, como el sushi. El snobismo es un fenómeno divertido".
-¿Por qué una persona se siente más prestigiosa por saber de comidas y vinos?
-Porque hoy en día, el oficio del cocinero tiene status. Comer bien es una cultura, tomar vino también, y hay que adquirirla. Para saber de vino hay que tomar vinos y anotar cual te gusta y cual no y con qué comidas va y con cuáles no. La cultura del gourmet, del comer bien, consiste en agregar platos a tu experiencia, ostra, sesos, platos más complicados de entender como hormigas. Lo primero que hay que tener es curiosidad y decisión para probar. Una ostra que te pones en la boca es un animal que está vivo. La primera siempre es complicada, la segunda también, pero la tercera te sorprende y la cuarta ya es adicción.
-¿Cuáles son las últimas tendencias en la cocina gourmet y el vino?
-En comida hay siempre modas que felizmente son pasajeras y sirven para mantener el envión que produjo la nueva cocina francesa. Lo fashion de ahora es la comida fusión, que es como una globalización, un entrevero de la cocina de occidente y sudeste asiático, de la comida de Tailandia, llamada Thai, que se caracteriza por mezclar lo dulce con lo amargo o salado: dentro de un plato picante introducen jengibre o frutas que le da un sobresalto. Estas cosas empiezan siendo una tendencia y terminan siendo un amaneramiento, y los platos son todos fotocopia los unos de los otros.El vino de moda es uno globalizado, que está promoviendo el marketing norteamericano para poder intensificar el consumo internacional de vino que es minoritario. Lo importante es que bebida se toma en la comida, ahí está el mayor índice de consumo, y en general, el vino es una cultura del mediterráneo: los cinco países consumistas son Francia, Italia, España, Portugal y Argentina, por su descendencia. También Uruguay. El marketing con base en California, Nueva York y Londres, trata de inducir el consumo de vino en desmedro de la cerveza, predominante en el mundo y en el interior de EEUU. Lo hacen creando un arquetipo del buen vino: oscuro, muy frutado y levemente dulce, y publicitándolo en todos los medios para imponerlo como "el mejor". Esto para la gente que sabe de vinos es un desastre. Entonces, lenta, gradual e inexorablemente los vinos se van pareciendo cada vez más los unos a los otros. El vino es un negocio.
-¿Sólo los vinos y restaurantes caros son buenos?
-El precio del vino depende del marketing, de la calidad intrínseca del producto más el costo de promoción y publicidad. Uno paga la imagen de la marca. En Argentina hasta los vinos de 25, 30$ están pensados para el consumo interno, que es muy desarrollado, sofisticado, refinado e individualizado, que no acepta vinos norteamericano, toma los del tipo francés tradicional, fáciles de tomar y combinar con muchos platos. Esto no pasa con los vinos americanos muy concentrados, porque el secreto está en lograr un equilibrio entre el plato y el vino, no puede ser uno más fuerte que el otro. Y para comer bien tenés que gastar mucha plata si vas a un resto donde cobran no la comida sino el prestigio y el show off. Pero en Bs.As. se come muy bien en lugares sin fama de prestigiosos.
-¿El que come gourmet, como poco?
-Comer mucho es mal síntoma, no es gourmet (come selectivamente) sino gourmand (come mucho), esa es una tendencia del interior de Argentina. Los que saben comer, comen lo necesario para sacarse el gusto de lo que están comiendo, no come por glotonería.






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