viernes, 20 de febrero de 2009

DRAMATURGIA

Consultorio médico en Villa Crespo. Limpio, bien acondicionado y muy ordenado. El médico es un hombre de unos 75 años, aunque no los aparenta. Lleva un ambo perfectamente blanco y zapatos recién lustrados. Hace pasar a la paciente: una mujer de 80, que tampoco los aparenta. Se nota que ella tiene dificultad para ver, aunque no es completamente ciega. No usa bastón y tiene los ojos abiertos. Ella ingresa y le entrega un estuche con su dentadura.

Omar: Así que viene a blanquear su dentadura...
Delia: Asi es Doctor, tengo un encuentro muy importante esta noche (pícara)
Omar: ¿Usted sabe como me llamo?
Delia: Disculpe señor, me mandaron de la obra social y como estoy casi ciega no pude leer su nombre...

(silencio) Él la observa.

Omar: Ay! Delia, Delia...
Delia: O... Omar? Es usted?
Omar: Tantos años...
Delia: Su voz me era tan familiar... (se acerca y toca su cara para reconocerlo) ¿No estaba en Francia?
Omar: Volví hace un año... (Delia toma su mano, sin anillos) Enviudé...
Delia: Yo también...

(quedan tomados de las manos unos instantes)

Omar: Delia, la dentadura va a estar en unos minutos, la invito un café.
Delia: Omar, creo que ya no voy a necesitar que blanquee la dentadura.

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